Oriana y Pilar, dos jóvenes con Síndrome de Down, egresaron junto a Marta y Antonia, quienes luego de varios años retomaron los estudios y finalizaron la primaria en la Escuela de Adultos CEA 720/05. Inclusión, empatía, solidaridad y el cierre de una etapa para soñar con el próximo paso.
Egresar, por definición, implica concluir un ciclo de estudios y obtener el título correspondiente. A veces, sin embargo, involucra algo mucho más profundo y significativo. Cuatro mujeres de Mar del Plata con particulares condiciones de vida- dos jóvenes con Síndrome de Down y dos señoras mayores- acaban de terminar la primaria en la Escuela de Adultos CEA 720/05, bajo la contención de un equipo docente y con la inclusión como premisa.
A base de esfuerzo y dedicación, Oriana, Pilar, Marta y Antonia se convirtieron en los últimos días en flamantes egresadas. Pudieron finalizar sus estudios en forma presencial luego de haber iniciado el ciclo vía Zoom debido a la pandemia y hace poco celebraron en equipo este gran paso con un viaje de egresadas a la vecina localidad de Santa Clara del Mar.
El Centro de Educación de Adultos (CEA), canalizado en este caso a través de la Escuela de Adultos 720/05, funcionó en este último tiempo en un salón de la sociedad de fomento del barrio Peralta Ramos Oeste, donde un nutrido grupo de jóvenes y adultos va a aprender, compartir y desarrollarse en busca de alcanzar el sueño de finalizar la escuela en busca de adquirir más herramientas para seguir adelante en la vida.
Dentro del grupo, cuatro mujeres finalizaron el ciclo y el próximo 14 de diciembre tendrán su acto de colación en familia.
Se trata de Oriana del Piero y Pilar Alfonso, dos jóvenes con Síndrome de Down cálidamente incluidas por el equipo docente; y Antonia Cabrera y Marta Galván, dos mujeres mayores que luego de largos años decidieron animarse a retomar la escuela para cerrar ese capítulo de sus vidas, todo un desafío que completaron con éxito.
Las cuatro se llevaron el merecido reconocimiento del equipo docente y de sus compañeros y compañeras, quienes también avanzan en sus estudios a través de este dispositivo en busca de lograr el mismo objetivo: ganarle a la adversidad y terminar la escuela.
Las nuevas egresadas, junto al resto de sus compañeros de la Escuela de Adultos CEA 720/05.
Detrás, a veces invisible, la fortaleza y la dedicación del equipo docente. Bajo el permanente acompañamiento de la profe Cecilia Rodriguez, las cuatro egresadas terminaron de cursar. Fue clave también el impulso de Eliana González, profesora de Educación Especial con 36 años de antigüedad, ya jubilada, quien en forma particular promueve este tipo de iniciativas y hace cuatro décadas trabaja denodadamente en torno al tema de la discapacidad.
En este caso, fue Eliana quien alentó a Oriana y Pilar a terminar la primaria, aunque el apoyo de la familia, sin dudas, también ha sido fundamental como siempre.
“Apuntamos a la inclusión de que todos pueden compartir un espacio con gente de diferentes contextos sociales, algo que se vuelve muy enriquecedor por las condiciones de vida diferentes de cada alumno y alumna”, señaló Eliana, quien junto a Florencia Vidal integra parte de este equipo de inclusión y acompañamiento.
“Ha sido un gran logro, una experiencia maravillosa”, confió a LA CAPITAL la docente luego de cerrar el ciclo lectivo, orgullosa del mérito de las chicas, y de cara a la colación del próximo 14 de diciembre.
El fin de semana pasado las cuatro mujeres tuvieron su merecido viaje de egresados junto a la profe. Santa Clara del Mar las recibió con los brazos abiertos para vivir “unos días espectaculares”.
No faltaron los paseos, la risa, una hamburgueseada, las visitas a la playa, las fotos junto al nuevo Parque Municipal El Diego y la emoción por este gran paso que llega a su fin, en busca de próximos sueños.
Viaje de egresados a Santa Clara del Mar.
“Son características centrales del Centro de Educación de Adultos la empatía, la solidaridad y la igualdad de oportunidades. Nuestras egresadas ya sueñan con su próximo paso. Las vamos a extrañar, sabedoras de la semilla que sembramos”, completó, orgullosa, Eliana González.